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Desde hace algunos años, en muchas partes del mundo se está empezando a pensar en la educación emocional como una herramienta muy valiosa a la hora de indagar en las problemáticas sociales.

Por lo general, tendemos a disociar las emociones en nuestras acciones cotidianas y muchas veces las dejamos de lado. Esto se debe al ritmo de vida que llevamos, a las obligaciones y a un sin fin de afirmaciones sociales que nos indican que conectar con las emociones es una pérdida de tiempo para el actual sistema de producción.

Sin embargo, al entender lo que nos pasa, desde la infancia, conociendo nuestras primeras emociones (felicidad, miedo, ira, tristeza, enojo, entusiasmo, asombro) colaboramos a tener vínculos más sanos, basados en el respeto y el entendimiento mutuo.

Nos educamos en una sociedad que tapa los sentimientos, que los deja de lado, que nos dice que tenemos que sentir y pensar todos iguales. Nos olvidamos de indagar en ciertas sensaciones que sentimos porque el ritmo de nuestras vidas nos obliga a seguir y muchas veces, ese ritmo nos lleva a patologías psicológicas que pueden ser resueltas de antemano.

Reencontrarnos con nuestras emociones

Cuando comenzamos a realizar un trabajo de autoconocimiento, sin importar la edad que tengamos, nos damos cuenta de que muchas emociones que sentimos las vamos censurando a lo largo de la vida.

Cuando comenzamos a realizar un trabajo de autoconocimiento, sin importar la edad que tengamos, nos damos cuenta de que muchas emociones que sentimos las vamos censurando a lo largo de la vida

El intelecto domina nuestras acciones sin cuidar nuestra parte más vital: lo que sentimos. El intelecto nos dice qué, cómo y cuándo hacer determinadas cosas, según lo socialmente establecido. Y las emociones una y otra vez quedan relegadas a ser trabajadas o a ser entendidas, en otro momento.

En el momento que comenzamos a dilucidar qué nos pasa y por qué nos pasan ciertas cosas, es cuando le damos a lo que sentimos un lugar en nuestras vidas.

Terapias para reeducar las emociones

Las terapias, como las que ofrecemos desde el Centro de Psicología Lola Carrión, ayudan mucho a esta transformación para comunicarnos con nuestro entorno desde nuestro interior. Sin responder antes de escuchar y de escucharnos.

Muchas veces respondemos desde la reacción, desde la no escucha mutua, sin la conexión con lo que realmente sentimos y queremos. Nuestro propio entendimiento lo fuimos relegando.

Por eso, las terapias ayudan a reeducar estas emociones que muchas veces se encuentran perdidas en el sistema social en el que vivimos. Porque hay que ser productivos y para serlo hay que dejar de lado las lágrimas o todo aquellos que nos saque del eje trabajo – productividad.

Encontrarnos con nosotros mismos es fundamental para dilucidar ciertos problemas que están en nuestro inconsciente pero que el “super yo” no deja salir a la luz. Te invito a trabajar en tu interior, a reconocer lo que te pasa en cada momento de tu vida, para encontrar contigo y tener una vida más sana y en conexión con tu entorno.

Las emociones y el auto diálogo

La educación emocional o inteligencia emocional es muy importante para todos, más allá de la edad que tengamos. Por ello, incorporarla en el ámbito educativo es fundamental para una vida adulta más sana.

La educación emocional o inteligencia emocional es muy importante para todos

Entender nuestras competencias emocionales es necesario para un completo desenvolvimiento y capacitación del individuo en todos los ámbitos de su vida. Sin un buen entendimiento de nuestros propios sentimientos se hace aún más complicado la resolución de conflictos, la toma de decisiones, la planificación de nuestra vida, el aumento de la autoestima, la comunicación asertiva con los otros, entre otras cosas.

Otra cuestión a tener en cuenta es aquello que nos decimos a nosotros mismos. El auto diálogo es aquello que nos relatamos, que pensamos de nosotros y de todo lo que nos pasa. Es interesante poder dar cuenta de aquellas alertas mentales que tenemos para ver desde donde respondemos a todo lo que nos sucede.

Te invito a hacer un autoanálisis como trabajo personal, para reconocer aquellos pensamientos que se repiten una y otra vez, y que no te permiten avanzar en tus deseos y aspiraciones.